lunes, 31 de enero de 2011

¿Por qué los terneros se enferman nuevamente si fueron desparasitados?




Las lombrices pueden sobrevivir largos períodos adentro de las heces diseminadas en el potrero o en las pasturas. Así, es muy frecuente que una cantidad importante de lombrices (larvas infectantes) pase de un ciclo de producción a otro constituyendo el "pie de infección" para la nueva camada de terneros. Una vez que son ingeridas con el forraje, se constituyen en parásitos maduros luego de varios cambios que realizan en la pared del cuajo e intestinos en unas tres semanas, y comienzan la postura de huevos que caen con la materia fecal sobre el potrero. Así, las pasturas se contaminan con grandes cantidades de huevos durante el otoño y el invierno. En un lapso que varía entre tres y seis semanas tales huevos desarrollan larvas infectantes adentro de la bosta y la lluvia provoca el traslado de esas lombrices a los pastos. De esta forma se van acumulando grandes cantidades de lombrices “nacidas” de los huevos que los mismos animales fueron "sembrando" durante el pastoreo.
En la medida que aumenta el número de animales por superficie de pastoreo, la cantidad de lombrices en las pasturas tiende a incrementarse peligrosamente. Del mismo modo, el pastoreo rotativo -generalmente asociado a alta carga animal- lejos de disminuir la infección por parásitos de una pradera, la incrementa.
Cuando en el campo se observan animales con enteque parasitario se debe tener en cuenta que las pérdidas de peso acumuladas hasta ese momento pueden llegar a 40-50 kg por animal.

Sin embargo, la situación común en la mayoría de los sistemas de recría/invernada de machos y hembras es la pérdida subclínica de peso. Esto se produce porque los niveles de parasitosis no llegan a ser tan graves como para provocar enteque clínico pero sí suficientes para reducir severamente la ganancia diaria de peso. Si bien es difícil evaluar este efecto en el campo a simple vista, hacia fines del invierno se pueden acumular pérdidas de 20-30 kg por animal. En cualquiera de las dos situaciones descriptas -clínicas o subclínicas- las bajas ganancias de peso registradas durante el otoño y el invierno, no son compensadas durante la primavera. Esto se debe a que el aparato digestivo de los animales queda con lesiones crónicas que impiden un aumento compensatorio de peso. Como consecuencia, los novillos o vaquillonas deberán permanecer en pastoreo por más tiempo para lograr el peso de faena o servicio con las lógicas complicaciones en el manejo del sistema de producción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario